Jesús Manuel Villanueva Rojas, quien trabajaba como auditor general de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en julio de 2010, a través de un testaferro, pudo cumplir el objetivo de manejar la compañía panameña Mossack Fonseca, la cual sería utilizada en la movilización de fondos depositados en una cuenta de un banco suizo.
Villanueva Rojas, quien fue miembro de la gestión de Rafael Ramírez en la estatal petrolera venezolana, logró con la ayuda de un asesor en Luxemburgo, que su hija, Anny Josefina Villanueva Silva, fuese autorizada para manejar la firma de ultramar.
Cabe destacar que Mossack Fonseca, fue creada para asesorar a inversionistas en la formación de entramados de empresas internacionales con las cuales evadir impuestos en sus países de origen o legitimar capitales.
El primer paso en esta historia ocurre en Luxemburgo, en marzo de 2009, cuando un representante de Mossack Fonseca solicita incorporar en el registro de Panamá una lista de 15 empresas, entre las cuales destaca Blue Sea Enterprises, que queda inscrita con un capital de 10 mil dólares.
Dicha compañía, sin sede física propia y sin empleados, es vendida a los dos meses. Al momento, no se supo quién era el comprador y con qué propósito la adquiere, pero luego se supo que el nuevo propietario era Villanueva Rojas, por lo cual, los directivos de Mossack Fonseca inician inmediatamente las gestiones para determinar si este era una persona políticamente expuesta.
Un día después de la venta, una funcionaria de la firma explica en un correo cómo procederían una vez acordada la venta de la empresa: “Con el poder emitido por las oficinas de Luxemburgo se envían las instrucciones para actualizar la hoja de vida de la compañía. Con esos datos los oficiales investigamos al apoderado y actualizamos el sistema si la persona no tiene antecedentes que nos perjudiquen”. No en todos los casos reciben la alerta, pero sí en el de Villanueva Rojas.
Esta situación inicia un debate interno en Mossack Fonseca debido a la posición de Villanueva Rojas en Pdvsa, ya que como directivo de la estatal venezolana consideran que la empresa Blue Sea Enterprises será usada como un vehículo de inversión. Asimismo, logran confirmar que el origen de los fondos del cliente, proviene de un banco suizo, lo cual sería producto del “ahorro acumulado por el cliente durante su larga actividad profesional”.
En ese sentido, los directivos de la firma acordaron que no podían tener a Villanueva Rojas como cliente, ya que tiene acceso directo al tesoro público y el origen de sus fondos puede ser cuestionado en un momento dado, por lo que las probabilidades de un escándalo son más altas. Los socios también han sugerido ponerse en contacto con el banco (su cliente) directamente y evitar que por esta situación también sean afectados”.
Desde Luxemburgo, el asesor de Villanueva desestimó los argumentos enviados por la oficina. Y para febrero de 2010, manda un correo a Mossack Fonseca, a través del cual pide retomar el caso de la empresa Blue Sea Enterprises y sugiere a la hija de Villanueva, Anny Josefina Villanueva Silva, como la titular del poder.
Reporta Diario Las Americas
