¡Así tendrá la conciencia! La paranoia del presidente Nicolás Maduro parece no tener fin. Prueba de ello, son las constantes denuncias de planes magnicidas en su contra que ascienden a 17 durante sus escasos 28 meses de mandato.
Maduro en una reunión en Vietnam, aseguró en uno de sus tantas acusaciones que en Colombia existía un “plan para asesinarlo”, asegurando tener pruebas para mostrarlo. No es la primera vez que el mandatario anuncia un supuesto magnicidio con promesas de “evidencias” que rara vez salen a la luz.
Su primer -y supuesto- magnicidio se anunció el 23 de enero de 2013 mientras él todavía ocupaba el cargo de Presidente encargado. Entonces, acusó a grupos infiltrados que planeaban matarlo a él y a Diosdado Cabello.
Seguido a esto, el 6 de abril de 2013 señaló a Henrique Capriles Radonski como uno de los que querían acabar con su vida.
Un mes después, el 3 de mayo de 2013, acusó a “Roger Noriega y Álvaro Uribe de planear un magnicidio desde Bogotá y Miami.
27 días después, el 30 de mayo de 2013, culpó a Colombia de “planear” inocularle un veneno que lo mataría lentamente.
Tras un mes de silencio, Diosdado Cabello anunció el 24 de julio de 2013 que sectores de extrema derecha planeaban matar a Maduro.
Siete días después, el 31 de julio de 2013, el mandatario acusó a Álvaro Uribe, Roberto Micheletti y a un delegado de Posada Capriles de “planear asesinarlo”.
Un mes después, 18 de agosto de 2013, José Vicente Rangel afirmó que desde EE.UU y Colombia planeaban matar a Maduro en diciembre del mismo año.
Ocho días después, el 26 de agosto de 2013, se avisó que criminales trasladados hasta Los Teques por Carlos Salcedo, planeaban asesinar a Maduro en un supuesto plan llamado “Carpeta Amarilla”.
De agosto a diciembre de 2013 no se registró otra denuncia de magnicidio ni intentos de éste, aun cuando afirmaban que tenían pruebas para demostrar que a Maduro lo iban a asesinar en diciembre.
https://youtu.be/Cy7ptMwG4Ik
Para el 15 de febrero de 2014, el Mandatario anunció que un twittero llamado “Power Kardashian” lo había amenazado con matarlo.
Un mes después, 15 de marzo de 2014, le pidió a Obama que no autorizara un plan, del Departamento de Estado, para matarlo.
Después de un mes, 28 de mayo de 2014, se acusó a María Corina Machado, Diego Arria y Henrique Salas Rómer de ser financiados por el banquero Eligio Cedeño para “aniquilar” a Maduro.
A tan solo cuatro días después, el 1 de junio de 2014, la Delegación venezolana en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) denunció que la oposición venezolana quería matar a Maduro.
A finales de 2014, exactamente el 10 de diciembre de 2014, afirmaron que sicarios, enviados desde Centroamérica a Ecuador, fueron contratados para matar a Nicolás Maduro en la Cumbre de Unasur.
Para el 27 de enero de 2015, se anunció que supuestos terroristas amenazaron con matar a Maduro en Costa Rica, en la Cumbre de la CELAG.
Un mes después, el 12 de febrero de 2015, Maduro denunció que existía un “plan azul” que, con un ataque aéreo, buscaba con matarlo para desestabilizar el país.
Para la fecha, 31 de agosto de 2015, el mandatario acumula 17 acusaciones de supuesto magnicidio, aunándole la más reciente hecha desde su reunión de negocios en Vietnam, donde vuelve a acusar a Colombia de un supuesto plan desde Bogotá para asesinarlo.
Nicolás Maduro sigue los pasos como el propio “Hijo de Chávez” y compite con las 22 denuncias de intentos de magnicidio realizadas por Chávez en sus 16 años de gobierno.
