No sabe si fue intuición, pero algo despertó a la opositora venezolana María Corina Machado ese día a las 3 de la mañana. Había regresado poco antes del selvático estado Delta Amacuro, donde vio las trágicas condiciones en que vive la población indígena, pero no esperaba el mensaje que le aguardaba en el celular.
“Me encuentro con que mi teléfono llora, llora literalmente”, dijo Machado al explicar que le había dejado un mensaje uno de los dos médicos que había conocido en el ambulatorio de San Francisco de Wayo. Le decía que le había llegado una mujer indígena embarazada y que había tenido que atenderla con la luz de una vela. El bebé venía con el cordón umbilical enrollado en el cuello y requería de ayuda.
“Yo tenía el respirador aquí”, le dijo el médico en el mensaje. “Pero no había luz. Se me acaba de morir el bebé en las manos. No tengo a quién llamar, no tengo a quién escribir”.
El ambulatorio —el único centro de asistencia médica para las 1,200 personas que viven en el pueblo— quedó sin luz dos años atrás, cuando se dañaron las plantas de generación eléctrica que nunca fueron reparadas.
Los pocos jóvenes médicos que trabajan allí —sin medicinas, equipos e insumos adecuados— viven en condiciones de desesperanza y bajo un miedo constante de enfermarse ellos mismos. El 70% de la población indígena del municipio padece de SIDA y el 40% de tuberculosis.
Aquellos que piensan que Venezuela pueda esperar tranquilamente unos años más para que el régimen de Nicolás Maduro llegue a su fin están equivocados, están adoptando una posición que éticamente es inaceptable ante los miles de venezolanos que han perdido sus vidas, y los miles más que corren el riesgo de seguir la misma suerte, ante el colapso generalizado del país provocado por el chavismo, dijo Machado desde Caracas.
“Ese bebé venezolano que no pudo ver el sol de nuestra tierra, está en la lista de las muertes atribuibles a éste régimen. Y cada día que pasa, son muchos más los nombres que están siendo agregados a esa lista, no solamente porque el régimen no está haciendo nada para detener el hampa, que nos acribilla, sino porque hoy en día se nos están muriendo venezolanos en los hospitales por falta de medicinas”, dijo.
Pero lo que está por venir es mucho peor, dijo la ex diputada al advertir que Venezuelaestá a pocas semanas de sufrir un empeoramiento de los ya asfixiantes problemas de escasez.
Es por ello que Maduro debe irse ya. El colapso económico provocado por el chavismo está empujando al país aceleradamente hacia una crisis humanitaria y sentando las bases para un estallido social, advirtió.
“La única manera de que evitemos esto, en el corto plazo, es que Maduro renuncie. Debe renunciar para evitar que Venezuela explote, para evitar que en Venezuela se desencadene una tragedia de consecuencias gigantescas”, manifestó.
El riesgo de un estallido social ha aumentado en las últimas semanas, ante la acumulación de angustias y la desesperación que padece el pueblo venezolano.
“La necesidad del cambio político es urgente. Si queremos evitar que Venezuela explote, Maduro se tiene que ir. La salida tiene que ser ya, a la mayor brevedad”, dijo Machado.
Tristemente, lo que está sucediendo en Venezuela es la crónica de una tragedia anunciada. Machado estuvo entre los muchos líderes de la oposición que comenzaron a advertir hace dos años que el país no podía esperar que Maduro dejara el poder en el 2019 para retomar el camino de la democracia.
Argumentaban que cualquier solución a los problemas económicos, sociales y delictivos del país, comenzaba con el desmantelamiento de un régimen que en realidad era el gran causante de esos problemas.
Casi todo el mundo admite que tenían razón, ahora que la escasez de alimentos ha empeorado hasta extremo que poblaciones enteras en el interior miran de cara el espectro de la hambruna, y ahora que ocho de cada 10 medicamentos usados en el país no pueden ser conseguidos en las farmacias.
Bajo el colapso económico provocado por el régimen, la medicina ya ha retrocedido décadas en el país, y los venezolanos están cayendo víctimas del resurgimiento de enfermedades del siglo XIX como el cólera.
Aunque los 17 años de gobierno chavista han dejado al país en ruinas, Machado insiste en que los problemas creados sí tienen solución y entre los venezolanos hay profesionales con suficientes conocimiento y preparación para emprender un exhaustivo plan de reforma que comience a corregir los graves desequilibrios creados por la Revolución Bolivariana.
“En la oposición, desde luego que tenemos un plan. Tenemos una visión de país y tenemos valores y sabemos que es lo que tenemos que hacer. Aquí hay talento, aquí hay conocimiento. Y yo, particularmente, tengo año y medio reuniendo expertos, productores, consumidores, para evaluar los problemas y las soluciones, que sí las hay. Pero esas soluciones solo pueden ser aplicadas después de que Maduro deje el poder”, dijo.