En el barrio San Benito II solo se escuchó una detonación y luego los vecinos presenciaron el escape del «Chander» y su madre. No supieron de que se trataba el alboroto hasta el hermano mayor de Yulfre Audrey Queiro, de seis años, corrió a la calle por ayuda. El pequeño se desangraba en la cocina. Recibió un escopetazo en el abdomen y el proyectil le perforó el estómago.
«Me van a matar» escuchó decir al «Chander» cuando huía con su madre de la calle 149. Hasta ahora nadie sabe de su paradero. Los averiguadores se aglomeraron frente a la casa. Entre ellos comentaban lo sucedido. El niño y los dos muchachos estaban solos. Los hermanos hacían arepas. El hermano de 15 años se asomó a la casa de su vecino y le pidió mantequilla, este llegó a la casa con una escopeta, entre juego y juego le disparó al pequeñín.
Maura Ruíz, abuela de la víctima y del joven de 15 años, había salido para comprar productos regulados. En la cola se enteró del crimen y corrió a su casa. No creyó la noticia hasta ver el cadáver de su nieto. La escena la destruyó. Los gritos retumbaron en la residencia rosada de los Gallardo Ruíz. A la anciana la sacaron en hombros de la cocina y la sentaron en una silla morada.
El llanto se hizo colectivo. Niños, hombres y mujeres al ver llorar a Maura no contuvieron las lágrimas. “Mi niño Yulfre, donde quiera que estés te amo”, gritaba la mujer, mientras una pariente le suplicaba que se calmara.
En cuestión de segundos la familia abarrotó la casa. Al menos 10 parientes vigilaban desde la ventana a los oficiales. Esperaron pacientes hasta que los funcionarios de la Policía científica les pidieron sacar el cadáver, lo envolvieron en una cobija verde y morado de cuadros y lo montaron en una de las bandejas de metal de la furgoneta. Lo llevaban directo a la morgue forense.
El dolor
A Yulfre Audrey lo criaba su abuela, Maura Ruíz, desde que tenía dos meses de nacido. Su yerna y su hijo lo abandonaron en su casa y ella se hizo cargo. Lo visitaban esporádicamente.
Con ayuda de la familia, la anciana pudo sustentarlo. Poco a poco construyó su hogar. Lo inscribió en la escuela y cuando debía salir lo dejaba a cargo de su nieto mayor. Se criaron como hermanos.
“Me lo comeré vivo”, vociferaba una de las tías de la víctima. Insultaba y le deseaba lo peor a la familia del «Chander». En un arrebato se golpeó contra lasa paredes. Aquellos fugitivos les destruyeron la vida.
Investigación
El sobreviviente le explicó a los policías que el «Chander» llegó con el arma apuntándolos. Le dijo que eso no eran juegos. Le pidió que se llevara el arma, pero este no le obedeció. Se acercó a Yulfre Audrey Queiro y apenas lo apuntó le disparó.
La Policía investiga si se trató de un accidente o los muchachos tuvieron una riña. Interrogan al sobreviviente y buscan al responsable. Se desconoce de dónde sacó la escopeta.
