¡EL DESASTRE ES INMINENTE! El Guri está a 5,5 metros del colapso (+Le quitamos la careta al gobierno)

El Correo del Caroní publicó un trabajo especial sobre la grave situación en la que se encuentra la central hidroeléctrica Simón Bolívar (El Guri).

“La central está a metros del colapso. Su embalse, el cuarto lago artificial más grande del mundo, desciende aceleradamente su volumen producto de tres factores: la mala administración del recurso hídrico, la indisponibilidad de generación en el parque térmico y la sequía”, reseña el texto firmado por Natalie García.

Por su parte, el presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, señaló que la situación eléctrica “es muy grave y más allá de las causas y causantes, ahora todo el país necesita ponerse en modo crisis y ayudar”.

“La crisis eléctrica tiene impactos severos sobre la capacidad productiva, en momentos de crisis grave. Racionalizarlo te conviene (…) critica a quien quieras, pero apaga la luz al salir, usa ahorradores, no bajes el aire acondicionado, no malgastes agua, educa a tus hijos”, expresó.

Asimismo, León acotó que a pesar que han criticado “medidas compulsivas y unilaterales, pero elGobierno también ha negociado y acordado y es vital ayudar en la emergencia eléctrica. Todo lo estructural que se necesita para resolver la crisis requiere cambios y años. Por ahora, si no ayudas el impacto es sobre ti mismo”.

A CONTINUACIÓN EL TEXTO COMPLETO PUBLICADO POR EL MEDIO

La central hidroeléctrica Simón Bolívar está a metros del colapso. Su embalse, el cuarto lago artificial más grande del mundo, desciende aceleradamente su volumen producto de tres factores: la mala administración del recurso hídrico, la indisponibilidad de generación en el parque térmico y la sequía.

Si bien el argumento del gobierno es principalmente la acción del fenómeno climático El Niño, los modelos hidrológicos de la cuenca del Caroní permiten prever esta situación y tomar medidas anticipadas para extender la vida útil del embalse en tiempos de estiaje.

El embalse de Guri, ubicado en el estado Bolívar, fue cuidadosamente diseñado para soportar sin peligro de riesgo una sequía extendida de 32 meses en el río Caroní. La actual aridez lleva 21 meses y se aproxima cada vez más la posibilidad de un apagón. ¿Cómo es esto posible?

El ingeniero José Aguilar, que desde el 2009 ha monitoreado e investigado a fondo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), apunta que la nefasta realidad obedece a la toma de decisiones erradas en la administración de los parques térmicos e hidroeléctricos.

Esto indica que durante la sequía, en vez de guardarse agua para el futuro, los embalses han sido sobreexplotados, específicamente Guri. La cota máxima de Guri es de 272 metros sobre el nivel del mar, la operatividad en zona segura está entre las cotas 271 y 261, por debajo de las cuales la eficiencia en la generación de las turbinas disminuye, requiriendo más agua que turbinar para generar menos electricidad.

De acuerdo con Corpoelec, la cota del embalse para el 24 de febrero era de 249,70 metros sobre el nivel del mar (MSNM), es decir, 5,7 metros del inicio de la zona de colapso.

La solución a la disminución en el embalse es la energía térmica. Esta tiene 17,500 megavatios instalados, pero no puede suplir la generación de las centrales porque de esa cantidad sólo están disponibles 9 mil megavatios, 3 mil de ellos a media máquina por problemas de mantenimiento e insumos.

ERRORES SOSTENIDOS

El peso de la generación eléctrica del país está en el agua, que se evapora cada día a causa del intenso calor. Aguilar detalla que esto es inconcebible pues los estudios hidrológicos de la cuenca del Caroní, y los modelos predictivos de la extinta Edelca, ahora Corpoelec, advirtieron lo que pasaría.

“Todo el cuento de El Niño en 2010 fue una farsa. La crisis eléctrica de entonces fue inducida y aunque tuvieron ese año una hidrología favorable muy por encima de los aportes históricos, y sabían que los modelos decían que seguido de un período de abundante lluvia viene uno de estiaje, lo ignoraron y pusieron el mayor peso sobre Guri”, apuntó Aguilar.

Lo correcto por parte de Corpoelec, a su juicio, hubiese sido poner a tono las termoeléctricas y que estas atendieran la demanda energética del país, disminuyendo así la generación en Guri, lo que permitiría a su vez guardar agua para la sequía.

De Guri dependen otros dos embalses, el de Caruachi (central Francisco de Miranda) y Macagua (central Antonio José de Sucre). Una disminución en el turbinado de Guri implicaría una reducción del 40% total de la energía que genera el Caroní para el país.

No en vano, el Ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, admitió recientemente que, dadas las circunstancias, en abril el país podría estar llegando al colapso eléctrico.

José Aguilar reitera que el panorama actual forma parte del negligente manejo del SEN a lo largo de estos años, que acumulan daños que tienen un costo altísimo en la calidad de vida del venezolano y que son totalmente injustificables.

RECTIFICACIÓN URGENTE

Para superar este entuerto el gobierno tendría que activar el parque térmico y racionar para evitar el descenso del embalse de Guri a la cota 240 MSNM.

Las medidas actuales de dieta eléctrica de los centros comerciales no contribuyen en mucho a disminuir la demanda. Los racionamientos deberán tener una mayor incidencia y en esta oportunidad, a diferencia del 2010, la capital del país, Caracas, sí podría ser afectada.

En aquella ocasión se intentó aplicar un plan de racionamiento, pero el primer día fue un caos, y la medida fue retrocedida. En cambio, se sacrificó la producción de las empresas básicas de Guayana que desde diciembre de 2009 fueron obligadas a recortar su consumo energético.

Venalum desincorporó 360 celdas electrolíticas, justo en el año en el que habían alcanzado su mayor operatividad; Alcasa vio eliminada su Línea I; Sidor tuvo que apagar sus acerías, y así cada empresa tuvo que limitarse para contribuir con la disminución de la demanda. Esas acciones retrasaron el consumo eléctrico en Guayana a los límites de los años 80 haciendo que los bolivarenses asumieran un alto costo de una crisis en la que no habían participado.

Seis años después la crisis y la sequía aparecen como un déjà vu, uno en el que Guayana queda mal parada y es nuevamente sacrificada. Según Aguilar los racionamientos tendrán que ser entre 5 y 7 veces mayores a los sufridos hace seis años, para contrarrestar la ausencia térmica.

MEDIDAS EN EL CORTO PLAZO

En un documento entregado a la Asamblea Nacional a principios de febrero, el Grupo Ricardo Zuloaga -integrado por expertos eléctricos venezolanos- realizó las siguientes sugerencias para evitar el colapso eléctrico:

 – Informar a la nación la realidad y la dimensión de la crisis energética.
– Solicitar al ministro de Energía Eléctrica un plan para incrementar, en un plazo de 90 días, la disponibilidad del parque de generación térmico del 40% que tiene en la actualidad hasta un 60%.
– Solicitar al Ejecutivo un plan para completar a la brevedad posible el paso de las centrales térmicas, que todavía operan en ciclo simple, al ciclo combinado. Así se produciría más electricidad con el uso de la misma cantidad de combustibles fósiles que usan actualmente.
– Exigir al despacho eléctrico un informe sobre el estado de avance de la central hidroeléctrica Tocoma y de cómo acelerar la incorporación de las primeras unidades en los primeros meses del 2016.
– Requerir al Ministerio de Energía Eléctrica informe de unidades térmicas instaladas sin el suministro continuo de combustibles.
– Pedir informe sobre la situación financiera, administrativa y laboral del sector, así como del estado de la infraestructura eléctrica y un programa de mantenimiento.
– Coordinar con el Ejecutivo el reajuste del huso horario para aprovechar al máximo la luz solar regresando al anterior huso.
– Designar una comisión de profesionales en el área para realizar una auditoría técnica, financiera y administrativa del sector.
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