La imagen de la exdiputada chavista Iroshima Bravo en el cóctel de inauguración de un centro estético en Miami salpicó a varias figuras, que se apresuraron a desmentir cualquier relación con la revolucionaria. Algunos medios de comunicación salieron en defensa de la exparlamentaria alegando que su nombre no aparecía en los papeles del registro de la compañía.
Luigi Boria, alcalde de la ciudad de Doral declaró en sus redes sociales que “como alcalde” representa al Doral, pero que rechaza el “régimen comunista de Venezuela” y defiende la democracia. Boria señaló además que, como funcionario público, pasa por muchos eventos y que estuvo en el lugar por 10 minutos, cuando le pidieron una foto “como si fuese un residente”.
“No sabía que esa persona estaba allí, y chequee el nombre de esta empresa y no aparece el nombre de Iroshima Bravo por ninguna parte. Sigo investigando”, escribió en respuesta a un comentario en Instagram.
Si bien es cierto que en el registro de la compañía Dermacare USA Inc., no aparece Iroshima como propietaria, sino Visnu Ferreira, Niurka Mustafá y Diana de La Cruz, la exdiputada chavista confirmó su relación con el spa a través de una entrevista en un medio local.
Quizá Iroshima esperaba que nadie la reconociera ahora que hace uso de su segundo nombre, Jenifer, y que su apariencia se muestra “rejuvenecida”. ¿Acaso es ese el poder del imperio?
