Un artículo de The New York Times relata la precaria situación que vive Venezuela, sobre todo cuando de alimentos se trata. Nicholas Casey, corresponsal del medio, visitó varias ciudades del país para constatar la coyuntura actual.
En Caracas, por ejemplo, observó a residentes de barriadas esperando durante horas, con botellas en mano, para poderlas llenar con agua, el vital recurso que también es escaso.
O Puerto Cabello, el lugar “que una vez alimentó a toda una nación, está vacío. Hasta hace nada una docena de barcos esperaban entrar al puerto, pero ahora solo unos cuatro se podían ver desde una colina… Nadie podría saquear Puerto Cabello en la actualidad. No hay nada que llevarse. Y todo está por ponerse mucho peor”.
Según analistas económicos, se espera que la inflación pueda golpear al país sudamericano este año con un 720%, haciendo de Venezuela una Zimbabue cuando inició su colapso. Mientras que el precio del petróleo, el sustento vital del país, se ha derrumbado a mínimos no vistos en más de una década.
“Durante el último mes he estado escribiendo sobre Venezuela, su gente, la política, el lenguaje, peculiaridades y cultura a través de los ojos de este corresponsal que se trasladó hasta aquí para ver cómo este país se ha dirigido al más profundo caos económico”, escribe Casey.
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