Las medidas extremas que ejecuta el Estado para preservar los niveles del embalse de Guri llegaron tarde. Decretar los miércoles y jueves no laborables para el sector público, a pesar de juntarse con los días viernes, garantizaría el ahorro de uno o dos centímetros diarios adicionales en el Guri. Es decir, que las dos semanas en las que se prevé que se lleve a cabo la medida salvarían a la represa solo por un par de días.
Así lo afirma Miguel Lara, exgerente de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (Opsis). Indica que las medidas “son un recurso desesperado” con el objetivo de estirar el poco volumen de agua que queda para la cota crítica de 240 metros sobre el nivel del mar (msnm). La mayor apuesta del Gobierno es que las lluvias lleguen y los aportes de la cuenca del río Caroní sean suficientes para alejarse del nivel de colapso que acarrearía un incremento en los racionamientos.
Lara asegura que el consumo del sector público nacional representa cerca de ocho por ciento de la demanda nacional y que, como no todas las oficinas estarán fuera de servicio, el impacto del ahorro es aún menor. Advierte que si las lluvias no llegan la tercera semana de mayo, como lo prevé Luis Motta Domínguez, ministro para la Energía Eléctrica, es seguro que el embalse tocará la cota 240 msnm, en la que deberán detener las operaciones de la central hidroeléctrica Simón Bolívar. “Ya el daño está hecho”, dice.
Lluvias dejan sectores sin luz
A pesar que las lluvias son las más esperadas cada vez que caen unas gotas inicia el colapso eléctrico. Desde hace casi una semana en Zulia se está aplicando un plan de administración de cargas, en el que se ejecutan cortes eléctricos de cuatro horas, a esto se suman los apagones inesperados que surgen cuando empieza a llover. Ayer en Maracaibo y San Francisco se registró un fuerte aguacero que produjo que varios transformafores explotaran. Reportes de Twitter indicarón que esto dejó sin luz a varias localidades como el barrio Bello monte, Sierra Maestra y San Jacinto.