De ser aprobada la medida por el Ministerio del Trabajo, las 4.500 personas que integran la nómina de ambas empresas dejarán de cobrar sus sueldos por dos meses.
La crítica situación de la industria automotriz amenaza a los trabajadores. Tras varios meses sin producir un solo vehículo, FCA Venezuela (Chrysler) y General Motors Venezolana (GMV) solicitaron ante la Inspectoría del Trabajo de Carabobo la suspensión laboral, con lo cual los cerca de 4.500 empleados de ambas compañías dejarían de recibir su sueldo por al menos 60 días, según informaron los propios trabajadores.
“Esto quiere decir que FCA y General Motors solicitan al Ministerio del Trabajo el aval legal para suspender el pago a sus trabajadores, pues según el artículo 72 de la LOTTT una vez autorizada la suspensión el patrono no está obligado a pagar sueldos ni el trabajador a prestar servicios”, afirmó Christian Pereira, presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores Automotrices Autopartistas y Conexos (Futacc).
La solicitud habría sido introducida por FCA el 15 de marzo pasado y dos días después lo hizo GMV.
“Esto es una total contradicción con lo que afirmaron las ensambladoras apenas dos semanas atrás, cuando firmaron el convenio de reactivación del sector automotor con el gobierno nacional”, señaló Pereira, quien no obstante reconoce que la situación de las plantas es crítica pues la mayoría están virtualmente paralizadas desde el último trimestre de 2015 por falta de inventarios.
Pereira explicó que la Inspectoría del Trabajo inició el proceso de consulta y fiscalizaciones técnicas para corroborar la realidad de cada empresa, y con base en ello decidir o no la suspensión de la relación laboral. Aunque los trabajadores son consultados, Pereira afirma que sus opiniones no tienen mayor peso en la decisión que vaya a tomar la inspectoría.
“Vamos a defender nuestro derecho al trabajo y a tener un sueldo. Tenemos familias que alimentar”, dijo el dirigente sindical.
– Acercamientos –
El también presidente del sindicato de FCA-Chrysler señaló que en el caso de esa firma, la empresa ha asegurado disponer de flujo de caja para el pago de la nómina a sus 900 trabajadores hasta junio, aspecto que espera sea tomado en cuenta por las autoridades.
Señaló igualmente que la directiva empresarial se ha reunido con los trabajadores e incluso ha planteado la posibilidad de que la suspensión sea parcial, una propuesta que no ha sido aceptada por los trabajadores.
Consultado sobre el plan de recuperación planteado por el gobierno que prevé la venta de carros en dólares, Pereira admitió la inviabilidad de la medida. “Muy pocos pueden comprar carros en dólares y eso limitará el mercado. Ford está aplicando ese mismo plan desde el año pasado y no ha dado los resultados esperados. Lo único que han podido vender son las Explorer, porque los demás carros tienen un precio demasiado alto”, dijo.
Reconoce que la situación de la industria es crítica por la falta de insumos y la imposibilidad de recibir divisas preferenciales para su reactivación.
Se estima que la industria automotriz requiere de unos 2.400 millones de dólares para producir unos 120.000 vehículos al año, cifra que representaría más de 34% de los 7.000 millones de dólares que se esperan sean ofrecidos en el mercado Dicom este año, según información oficial.
“El gobierno no va a preferir dar dinero al sector antes que destinarlo a la compra de alimentos y medicinas, eso está claro”, dijo Pereira, y añadió que aun aplicando el plan propuesto por el gobierno, será en el último trimestre del año cuando pueda reanudarse la operatividad de la industria.
Desde 2008 el sector automotor ha venido en franco retroceso al punto que en 2015 apenas de produjeron unas 18.300 unidades, el registro histórico más bajo de la industria.
En los dos primeros meses de 2016 solo se ensamblaron 479 unidades, una caída de 76,71% frente a las 2.057 producidas durante el mismo período de 2015, según cifras de la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez).