Economistas, ante este fenómeno que vive la moneda venezolana, pidieron el año pasado que se actualizara las denominaciones del papel moneda. En 2008 se efectuó la última modificación
Los [venezolanos] evitan que los billetes de dos bolívares lleguen a sus bolsillos. A pesar de ser un instrumento aún vigente, comercios y choferes de carritos por puesto forman parte del círculo vicioso que cada vez deja a los usuarios que extraen efectivo de entidades bancarias sin margen de maniobra.
Damaris Gogué, una vendedora informal del casco central en la ciudad de Maracaibo, manifestó su decisión de rechazar el billete y las monedas de cualquier denominación a través de un cartel. “No los acepto porque después nadie me los acepta a mí”, argumenta. Ricardo Ávila, su cliente, coincide, aunque expresa su desacuerdo con esta práctica. Días anteriores Ávila, luego de cobrar un depósito en el banco intentó pagar una botella de refresco sólo con billetes de dos bolívares. La negativa de quien lo atendió en el comercio le cayó por sorpresa y decidió dejar la compra sin efecto.
Tal es el rechazo y el bulto que genera la gran cantidad de billetes de esa denominación que Benito Guerra, conductor de autobús, tiene un mes sin ver una cantidad considerable de billetes de dos bolívares. Afirma que los acepta como método de pago, pero sus pasajeros no como cambio. “A veces hasta te los lanzan a la cara”, agrega. Y es que para tener mil bolívares, una cantidad de dinero suficiente para comprar un almuerzo ejecutivo, se necesitan 500 billetes de dos bolívares.
Nidia González, vendedora asegura que acumuló al menos 100 bolívares en monedas de mil bolívares, una especie que no se atreve utilizar para pagar ni el transporte público. La razón reside en el rechazo que experimenta con el uso de billetes de dos y cinco bolívares. Esto a pesar de que los bancos pagan pensiones enteras únicamente con papel moneda de estas dos últimas denominaciones.
Economistas, ante este fenómeno que vive la moneda venezolana, pidieron el año pasado que se actualizara las denominaciones del papel moneda. En 2008, se efectuó la última modificación a través de la reconversión monetaria. Extraoficialmente se conoció que el índice de inflación cerró el 2015 en 270 por ciento y este fue el tercer año consecutivo en el que Venezuela encabezó la lista del mayor incremento de índice de precios al consumidor.
El resultado es que el billete de 100, el de mayor denominación compre 50 por ciento menos de lo que pagaba un billete de cinco bolívares a inicios del año 2008, según datos de Henkel García, director de la firma Econométrica.