Un grupo de investigadores de Liubliana, Eslovenia, anunció hoy que ha podido probar la relación entre el virus del zika y la microcefalia al investigar el caso de una embarazada eslovena que se infectó durante una estancia en Brasil.
Mara Popovic, del Instituto de Patología de la Facultad de Medicina de Liubliana, confirmó hoy en rueda de prensa en la capital eslovena que el virus se encontró en las neuronas del cerebro del embrión de la mujer, que se contagió al comienzo de la gestación.
Con esto se demostraría que el zika ataca sobre todo las células nerviosas del feto, según Popovic. Y confirmaría las fuertes sospechas de los expertos sobre la relación de la microcefalia con el virus.
Los últimos datos de las autoridades sanitarias de Brasil, el país más afectado con entre 440.000 y 1,3 millones de infecciones por zika, apuntan a un notable aumento del número de recién nacidos con microcefalia en la región noreste del país.
El Gobierno brasileño incluso declaró el año pasado una alerta sanitaria ante el aumento de casos de microcefalia en bebés recién nacidos, por la sospecha de que pudieran estar asociados al virus, lo que ahora se ha probado.
Tatjana Avsic Zupanc, del Instituto de Microbiología e Inmunología, señaló que el feto puede contagiarse con el virus en cualquier fase de la gestación, pero que los daños más graves se producen en el primer trimestre del embarazo, informó la agencia de noticias eslovena STA.
Los investigadores eslovenos aseguran haber probado que los daños en el sistema nervioso central, relacionados con el contagio durante la gestación, son consecuencia de la reproducción del virus en el cerebro del feto.
La investigación, que probaría que el virus puede pasar de la madre contagiada al cerebro del feto y causar la microcefalia, fue publicada por la revista médica The New England Journal of Medicine.
Según explicó hoy la directora de la Casa de Maternidad de Liubliana, Natasa Tul Mandic, la prueba se hizo con una embarazada eslovena que estuvo en Brasil durante el primer trimestre de gestación y luego volvió a su país.
En el último trimestre de la gestación, en octubre pasado, se detectaron por ultrasonido numerosas irregularidades en el desarrollo del feto y de la placenta, de modo que empezaron con las investigaciones, aunque por entonces no se tenía ninguna sospecha de que fuera el zika.
Debido a los malos pronósticos y los graves daños en el cerebro del feto, la mujer decidió interrumpir su embarazo.
La autopsia y las investigaciones posteriores confirmaron que los trastornos en el desarrollo del cerebro del feto se debían a la infección con el virus, con el que la embarazada había sido contagiada y que había pasado al embrión a través de la placenta.
En la investigación participaron varios investigadores (dirigidos por Tatjana Avsic Zupanc) pertenecientes a la Facultad de Medicina de Liubliana, la Clínica de Ginecología y los Institutos de Patología y Microbiología.
Un representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Liubliana, Marijan Ivanusa, confirmó hoy que la investigación representa «una pieza excepcionalmente importante en el puzzle para probar que el virus zika realmente puede causar la microcefalia».
Sin embargo, la investigación no representa algo «dramáticamente nuevo», según Ivanusa, ya que no existen medicamentos ni vacunas contra el zika y solo queda recomendar la protección ante los mosquitos.
«La dificultad es que es imposible recomendar a millones de mujeres en las regiones en que el zika está más presente que no se queden embarazadas. Es importante, que las mujeres de esas regiones se cuiden de los mosquitos y se protejan de sus picaduras», señaló.