El grupo de seis médicos residentes del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (IAHULA), que pasaron 130 horas en huelga de hambre la semana pasada, asistieron este jueves al Palacio Federal Legislativo.
Los profesionales de la salud contaban con un derecho de palabra que fue pospuesto para el próximo martes, ya que la sesión del jueves fue suspendida por falta quórum. La mayoría simple, que depende de la Unidad, no fue lograda.Faltaron 9 de los 84 legisladores necesarios.
Miguel Cancino, uno de los médicos merideños, aseguró que después de 125 horas en huelga, el gobernador de Mérida, Alexi Ramírez, accedió a abrir un canal de diálogo.“Respondió que las carencias no son secreto”. Pero las necesidades médicas de los venezolanos no entienden de tiempos.
“Los pacientes se están muriendo”, denunció por su parte María Cecilia Sánchez, médico residente de la Maternidad Concepción Palacio, quien también asistió al Parlamento, no solo en apoyo a las acciones de los compañeros de Mérida, sino para hacerle saber al Gobierno Nacional que es necesario que abran el canal de la ayuda humanitaria, pedido por la Asamblea.
Sánchez insistió en que los residentes están formados para atender al pueblo, pero si no cuentan con “los recaudos mínimos”, no pueden hacerlo.
Por su parte, los doctores del IAHULA, que reconocían los riesgos físicos a los que sometieron sus cuerpos al iniciar la huelga de hambre (deshidratación severa, insuficiencia renal, desequilibrio electrolítico), aseguraron que la decisión estuvo muy bien pensada. “Tenemos más de tres meses y medio pidiendo a los entes gubernamentales los suministros necesarios para realizar nuestra labor como garantes de la salud”. Temen que el número de fallecidos por escasez de medicinas y equipos médicos se convierta en una pandemia.
Jose Manuel Acosta, residente del Hospital Periférico de Catia, coincidió con sus colegas al decir que los enfermos están falleciendo. “No puedo dar cifras exactas, pero sucede porque hay todo tipo de escasez. Desde fallas en los aires acondicionados para evitar la contaminación de heridas quirúrgicas”.
Los médicos añadieron que no hay material para tratar infartos, ni para nebulizar, ni siquiera cuentan con aspirinas.
María Antonieta Acosta, doctora de Medicina Interna del mismo centro médico, informó que la semana pasada un hombre de 47 años falleció por un edema agudo en un pulmón ya que no contaban con diuréticos.
“Otro caso en el que el paciente estuvo a punto de morir, fue también esa semana, cuando tuvimos que suministrarle Frescolita a través de una sonda nasogástrica para el tratamiento de hipoglicemia”.
César Esaa, otros de los residentes, indicó que aunque el gobierno ha contestado algunas de sus denuncias, la respuesta suele ser: “No hay insumos”. Reseña El Estimulo.
