Esta semana se conocerá el más reciente estudio de Venebarómetro y entre sus datos hay uno que llama la atención: la evaluación positiva sobre el trabajo de la Asamblea Nacional ha descendido de 64 puntos porcentuales, los primeros meses del año, a 55 puntos porcentuales en abril.
La más reciente investigación del Centro de Estudios Políticos de la UCAB (CEP-UCAB) no coloca al Parlamento como una de las instituciones que más confianza genera, de hecho, está en sexto lugar, con 50% de confianza, detrás de las universidades, los estudiantes, la Iglesia, la empresa y los medios privados.
¿Qué afecta la imagen positiva de la Asamblea? Expertos lo atribuyen al contraste entre las infladas expectativas que generó la campaña por las elecciones parlamentarias y el hecho de que todas las decisiones del Hemiciclo han sido frenadas por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, o amenazadas por el Ejecutivo y el propio Consejo Nacional Electoral.
Edgard Gutiérrez, director de Venebarómetro, afirmó que el deseo de cambio permanece intacto a como estaba antes del 6-D: “80% del país quiere que las cosas cambien. No obstante, las expectativas que se cifraron sobre la Asamblea han decaído. La gente no votó en diciembre para tener nuevas leyes, sino para iniciar el proceso de cambio político. Eso no ha ocurrido; por el contrario, la gente ve cómo han maniatado a la Asamblea”.
A juicio del consultor político, el Parlamento debe emplearse a fondo para satisfacer ese deseo de cambio. “Hay que pensar menos en leyes de vivienda y más en cómo lograr un evento electoral lo más pronto posible que concluya el mandato de Maduro”, agregó.
Pero no todo es gris para el Parlamento. Benigno Alarcón, director del CEP-UCAB, afirma que en el período anterior la confianza que despertaba la Asamblea era menor. “En cualquier sistema de gobierno, los partidos políticos y los parlamentos tienen bajos niveles de legitimidad. Es una constante que tiene que ver con la naturaleza del Parlamento, que es un espacio en el que se habla mucho, pero no se ejecuta. Aunque no está en los primeros lugares de confianza, la Asamblea duplica al gobierno”, señaló.
Para evitar que el Parlamento frustre las esperanzas de cambio que se generaron durante la campaña, debe hacer dos cosas, señaló Alarcón. Primero, ser realista en cuanto al hecho de que todas sus decisiones han sido bloqueadas, y entonces cultivar su habilidad para comunicar triunfos y fracasos. Aseveró que eso se logra al culpar al gobierno por todas aquellas leyes que no se han podido aplicar. “Así la Asamblea podrá capitalizar políticamente sus fracasos”, aclaró.
Lo segundo es articular, organizar y movilizar al pueblo alrededor de los problemas económicos que fueron, en definitiva, los que le dieron la victoria a la oposición, indicó José Antonio Gil Yepes, director de Datanálisis. A su juicio, es un error ir al campo político (enmienda o revocatorio) sin antes haber movilizado a la sociedad alrededor de la crisis económica.
“El pueblo votó por los graves problemas socioeconómicos, casi 90% de los que votaron piensa que la situación económica es mala, lo que unificó al oficialismo y a la oposición. La oposición inició bien al plantear propuestas sociales, como la entrega de títulos propiedad a beneficiarios de la Misión Vivienda, y el bono de alimentación y medicinas a jubilados y pensionados. Pero ahora van a lo político, sin que se organizara una propuesta ante el bloqueo a las decisiones económicas”, señaló.
Las Cifras
50% de respaldo tiene el revocatorio (55% firmaría), según Delphos, frente a 20% a la enmienda y 20% a la constituyente
61% de los venezolanos cree que la situación del país será igual de mala o peor en un año, de acuerdo con el CEP-UCAB