Este 22 de abril es el tercer viernes no laborable desde aquel decreto presidencial con el que se esperaba reducir gasto energético en el país, ignorando que el ahorro que podrían tener de las oficinas públicas se traduciría en consumo en el hogar.
Los empleados públicos en vez de utilizar los largos fines de semana para relajarse en la playa, los trabajadores usan su tiempo libre para hacer filas y buscar escasos bienes en el mercado o encienden los electrodomésticos de sus hogares que ya demandan el grueso de la energía, según el Gobierno.
Es decir que los buenos resultados que se esperaban con esta medida no han sido logrados, más bien se ha generado molestia entre los ciudadanos que han tenido que retrasar sus trámites por esta misma “paralización”, la que según el ministro Luis Motta Domínguez lo que se ahorro con el primer viernes libre fueron dos centímetros de agua en El Guri.
No obstante, el gobierno reconoce tácitamente que fracasó en este racionamiento cuando se lanza a decretar otras nuevas medidas más intensas, como lo es el racionamiento de cuatro horas diarias en los próximos 40 días en varias partes del país.